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Diario

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Por el Norte: Día 2 St. Jean de Luz - Ulía

Ivan Blanco

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En tu primer día vacaciones, no hay nada mejor que despertar tras un merecido descanso en una cama de lo más cómoda y disfrutar un buen desayuno bufé que suelen ofrecer la mayoría de los hoteles... ésta fue la primera y última vez que tendría tales lujos en este Camino del Norte.

La verdad es que era un día perfecto para continuar mi camino y volver a mi querida España: domingo con cielo azul, sin nubes y Saint Jean de Luz bulliciosa de gente, todo ello anticipando un día lleno de sorpresas agradables.

¿Primera sorpresa agradable? ¡El Desayuno!

Un desayuno de campeones

Con pasteles y productos franceses típicos, esta primera comida del día fue más que espectacular: mermelada Bonne Maman, pan francés y tostadas, mmmm la rica Nutella, zumo de naranja recién exprimido, frutas varias entre las cuales el fruto rey para los ciclistas así como para los Minions ... ¡plátanos! Se podría decir que fue la recompensa al duro mes de trabajo que precedía mi viaje; la F1 es, el periodo más activo en Mónaco (lugar donde trabajo). Además, siempre es importante llenar bien la barriga durante el desayuno, especialmente cuando te lanzas para un día entero en la bici como verás más tarde...

¿Segunda sorpresa agradable? Sin siquiera salir de Saint Jean de Luz, buscando una credencial para el Camino (segundo intento tras el día 1), cerca de la iglesia se escuchaba música. Cuando me acerqué había un grupo de unos 10 bailarines vestidos con trajes regionales vascos, estaban haciendo un baile y percursion con palos, eran Paloteadores. La energía y ambiente eran fantásticos; al igual que el txikoli del día anterior, me sumergí de nuevo en la rica cultura del País Vasco.

2a sorpresa: Paloteadores.

Después de este "conciertillo" me fui a la iglesia que estaba cerrada, pero me encontré con un sacerdote que justo acababa de salir de la misma. Le pregunté si tenía alguna credencial, pero no, aunque esto fue suficiente para iniciar una conversación y así toparme con la tercera sorpresa agradable del día.

3a sorpresa: Dominique.

El cura Dominique se encarga de la impresionante iglesia Saint Jean Baptiste, me invitó a su casa que estaba justo al lado para por lo menos conseguir un sello en una página en blanco. Su bondad y positividad me empujaron a continuar con él mi proyecto fotográfico que había iniciado en mi primer Camino de Santiago; foto-entrevistas de peregrinos y locales que conocí en mis Caminos.

Habiendo ya de por sí dormido hasta tarde, conocer al padre Dominique, junto con la belleza fascinante de San Juan de Luz hicieron que aún tardara más en iniciar la ruta. Tras un pequeño desvío al faro y el puerto, al fin me adentré en la naturaleza salvaje con trazados estrechos, acantilados amenazantes y... ¡pinchazos! Uno de los inconvenientes más típicos para cualquier ciclista, y bicigrino, no se hizo esperar mucho y tampoco iba a ser la última vez... pero con paisajes como los de la costa Vasca, incluso los pinchazos tienen su parte positiva.

Con vistas así... hasta un pinchazo se agradece.

Reanudado ya la marcha, al fin llegué a mi querida España y la primera ciudad del Camino del Norte, Irún, que suele ser el punto de partida para los varios Caminos del Norte. Con la ayuda de un padre ciclista, que había convencido a toda su familia para dar un paseo Dominguero en bici, crucé el puente que separa Francia con España para entrar en Irún. Sin embargo, aunque fui siguiendo la señalización, me llevó al menos 10 kilómetros tierra adentro y lejos de cualquier costa, cuando tiré de GPS y me di cuenta de que había tomado el Camino equivocado. Me había adentrado por el Camino Vasco, que de seguir, enlazaría con el Camino francés.

Aquí puedes ver la ruta que casi me desvía del Camino del Norte:

Un poco molesto con mi desvío accidental, mi cuarta sorpresa agradable llegó justo a tiempo con el sol que comenzaba a posarse en el horizonte. Llegué a Pasai Donibane, que rebosaba de energía y buen ambiente por todos los rincones de este pequeño pueblo marinero. Los tonos cálidos de la puesta del sol, los niños jugando por todas partes, familias, amigos y demás visitantes disfrutaban de una hermosa tarde de domingo, el ambiente ideal para finalizar un largo día sobre mi querida Orbea.

Si de por sí esto ya era un buen final, mientras descansaba en la orilla cerca de la iglesia del pueblo, mi quinta sorpresa agradable del día estaba por llegar. Mi curiosidad comenzó cuando delante de la iglesia se acercaban cada vez más y más jóvenes, todos con una especie de uniforme... entraban, venían otros, entraban más, y en intervalos de 3 a 4 minutos se oían aplausos desde el interior. Tras más de tres tandas de aplausos, mi curiosidad ya no podía pacientar más, por lo que le puse el candado a mi bici y me adentré en la iglesia que estaba a rebosar: En ella, una de mis mejores experiencias estaba a punto de acontecer. Un coro compuesto de chicos y chicas de 10 a 18 años se iban turnando para cantar varias canciones desde las más eclesiásticas hasta las más comerciales como "Angels" de Robbie Williams. Sin embargo, el momento más emocional llegó cuando empezaron a cantar "Caminante no hay camino", basada en el poema de Antonio Machado del siglo 19 y que no sólo es un símbolo para cualquier peregrino, sino que se podría considerar incluso como uno de nuestros himnos.

Este es el momento:

5a sorpresa agradable!

Si con todo esto no tenía ya suficiente motivación para quedarme en este precioso pueblo, sólo una cosa podría... ¡un albergue lleno! Con sólo una opción disponible, continué mi camino, pero había un "pequeño" inconveniente o... más bien, mi sexta sorpresa agradable: cruzar la ría de Pasai en barco, incluso hay flechas indicando esta curioso medio de "peregrinaje".

Emocionado por literalmente embarcar mi querida Orbeiña a la mar, no fue sin primero hacer una paradita para disfrutar de una buenísima tortilla española y una cerveza bien fresca. Mientras llenaba mi depósito, se me acercó un vecino del pueblo, Miguel. Le hablé de mis historias y viajes, mientras él me comentó donde podría encontrar otro albergue. Aun mantenemos el contacto y descubrí que también le gusta la fotografía, además de algunas peculiaridades de esta pequeña ciudad. Pero mejor le doy la palabra para que os lo cuente:

Mascarón de "La casa de Iriberri" - © Miguel Artola

"En un pequeño libro sobre Pasai Donibane, cuando se empieza a hablar de las casas de linaje importante, afirma lo siguiente:" La casa de Iriberri - Una de sus paredes corresponde a lado el pórtico de la iglesia Su cocina solía ser justo al lado. la parroquia que hoy en día es la puerta que conduce al cementerio. En la parte izquierda de esta puerta, hay todavía un mascaron con ninguna pista de su procedencia. Esta casa perteneció a Alonso Villaviciosa".

También me contó que hay un astillero cerca donde hacen barcos de época como el que se ve en esta preciosa foto que compartió conmigo:

Embarcaciones de Pasai Donibana - © Miguel Artola

Con el sol escondiéndose en las colinas cercanas, muy a mi pesar tuve que dejar Pasai Donibane que se convirtió automáticamente en uno de mis rincones preferidos del Camino del Norte. Sin embargo, como bien decimos en español No hay mal que por bien no venga, por lo que esta circunstancia me hizo subir al monte Ulía, donde pude hacer una de mis mejores fotos, que sigue dándome piel de gallina cuando recuerdo la sensación de estar ahí arriba y ver esto:

Con el reloj apunto de dar las 10 de la noche (la hora a la que la mayoría de los peregrinos suelen ir a dormir...), llegué al único albergue que había justo antes de que cerraran. Los del restaurante acababan de salir y desgraciadamente, el restaurante más cercano acababa de cerrar también. Además,  las máquinas expendedoras no funcionaban... por lo que estaba ahí, tras más de 5h de ruta, hambriento, cansado y con sólo una manzana para cenar. La cosa se presentaba como una dura noche de hambre y una de las manzanas mejor aprovechadas que jamás he comido.

A pesar de todo, la impresionante vista de San Sebastián iluminada de noche y unos peregrinos valencianos con los que entablé conversación, valieron la pena. Tanto, que sea providencia, destino o simplemente mi séptima sorpresa agradable del día, hicieron que mis nuevos amigos valencianos ya no tenían hambre y como les quedaba un trozo de tortilla y galletas, me las ofrecieron muy amablemente.

Al igual que en mi Camino Francés, éste es otro ejemplo de la belleza de hacer estos peregrinajes, la cual se muestra sobre todo en la sinceridad, ayuda, amabilidad y disponibilidad de la gente con la que uno se encuentra a lo largo del Camino.

 
Segundo consejo ciclista para el Camino: lleva comida equivalente a un almuerzo, nunca se sabe cuando lo necesitarás más.
— 07 de junio 2015
 

El principio y el final de este día giro totalmente alrededor de una de nuestras necesidades más básicas, la comida, no obstante, todo lo que pasó entre los dos hizo que mi segundo día en el Camino se convirtiera en otra experiencia inolvidable. 

Si quieres ver más historias y amigos de mi Camino del Norte, estate atento a mis próximos posts ;)

Por el Norte: Día 1 Biarritz - St. Jean de Luz

Ivan Blanco

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¿Alguna vez has tenido esa sensación de hormigueo en el estómago mientras te preparas para un nuevo viaje?

Van unas cuantas cosas para un Camino de Santiago...

Hablo de ese pequeño cosquilleo, mariposas para otros, nervios o incluso piel de gallina que, en mi caso, vienen cada vez que me enfrento a algo nuevo y emocionante, como en este ocasión, una nueva aventura: recorrer el Camino del Norte!

Tras un poco de planificación durante las semanas previas a mi salida, uno supone que la noche anterior del viaje debería ser una tarea fácil... sin embargo es ahí cuando surgen todas esas emociones y me acabo pasando la mayor parte de la noche embalando, comprobando, empaquetando un poco más, comprobando de nuevo, sacando algunas cosas, poniéndolas de nuevo, comprobar un poco más, casi listo, pero vuelta a comprobar, si sí o si no, adentro, afuera ... y así durante un par de horas, para al final terminar con menos sueño de lo deseado.

Listo para volar

Pero primero, como saliendo de mi hogar actual (Niza, Francia) iba a ser un viaje demasiado largo, me embarqué en un vuelo a Biarritz para iniciar más cerca del Camino del Norte. Con la ayuda de mi querido amigo Alfio, o Rinco para los amigos, nos llevamos mis casi 20 a 25 kg de bicicleta y alforjas, y así evitar cargarme la espalda antes de siquiera comenzar el verdadero reto :)

Ya en el avión y sin siquiera iniciar mi periplo, sufrí mi primer accidente... sí, esa palabra y avión no combinan muy bien... pero tranqui, acabé bebiéndome menos cerveza y se me mojaron un poco las piernas. Esto no obstante, no evitó que diera brincos en mi asiento cuando me iba acercando a Biarritz; situada en el suroeste de Francia, con tal diversidad e historia que solía ser visitada por monarcas de toda Europa y hoy día es una de los principales localidades surferas de Francia (más información aquí). Aún templado de la cálida Costa Azul, rápidamente me sumergí en los paisajes grises y nublados más típicos del País Vasco.

Y HOP hacia una nueva aventura

Tan pronto como me bajé del avión, armé mi querida Orbea y en un plis me encontraba recorriendo el camino con nubes, pero sin lluvia, y esa sensación de hormigueo de una nueva aventura por comenzar.

Lo que se supone que iba ser una ruta rápida hacia San Juan de Luz, se transformó en un agradable paseo de fin de semana, serpenteando a la par turistas, surferos y amantes de la playa. Queriendo encontrar la credencial del Peregrino (que es como un pasaporte del Camino), no hubo forma de encontrar a nadie en todas las iglesias por las que pasé, por lo que salí de la bulliciosa Biarritz para reunirme con la belleza natural del País Vasco francés y pedaleando por estrechos senderos todo a lo largo de la costa, ¡una gozada!

 
Consejo ciclista para el Camino: ¡disfruta de la ruta!
— 6 de junio 2015
 

La buena gastronomía vasca

Habiendo empezado éste segundo Camino de Santiago igual de relajado que en mi primera ocasión (que resultó en unos matadores 20km de subida... descubrelo aquí), no pude resistir la tentación de parar en un bar de lo más encantador. Viendo las almohadas, hamacas y la barra sobre la playa con unas magníficas vistas al mar, la parada se hacía más que obligada. Viendo sus platos vascos en el menú y el olor que desprendía la cocina, un buen plato de txistorra y una cerveza Vasca hicieron el resto para convencerme con una parada en boxes antes de dirigirme al destino final de la jornada.

Al final, una vez que llegado a Saint Jean de Luz con la puesta del sol acechándome, entré en esta hermosa ciudad costera para descubrir que, a pesar de estar en el Camino de Santiago, no tiene ningún alojamiento específico para peregrinos. En el Camino, la forma más típica de alojamiento es el albuergue, un refugio concebido principalmente para peregrinos (según los casos). Otras opciones pueden ir desde una vivienda albergue, que a veces es una casa en propiedad privada con algunas habitaciones para los peregrinos, una iglesia, un pabellón polideportivo (especialmente durante períodos de con mucha afluencia de peregrinos) o incluso increíbles monasterios.

Visca Barça

Con casi cero opciones para encontrar alojamiento a las 22:00 de la noche... no tenía más opción que recurrir a lo que normalmente intento evitar, un hotel. Paseando por Saint Jean de Luz, el más barato que encontré fue uno con un nombre muy familiar para mí gracias a mi trabajo en Mónaco... ¡el Café de París! Mi elección se basó en disponibilidad, una zona segura para guardar mi bici y un bar que vi al pasar y donde echaban la final de la Champions League entre la Juventus y el Barça, la cual ganó 1-3: ¡Visca Barça!

Disfrutando de unas buenas pintas y un concierto sorpresa durante el partido, mi corto pero intenso, primer día en el Camino llegó a su fin con un descanso de lujo antes de dirigirme a unos duros 14 días de Camino por la costa y así llegar a mi querida ciudad de origen: Santiago de Compostela.

Sigue mis historias del Camino del Norte cada semana con un nuevo día, y descubre cómo me fue arrastrando mi querida y pesada mula a través de la costa norte de España ;)

Hacia el Norte: día 0 de mi 2º Camino de Santiago!

Ivan Blanco

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Encierro de toros, pinchazos, arcilla, ramas, viñedos, charcos, tormentas infernales, cantos, risas, gente increíble y muchas historias más ... así es el Camino de Santiago!

El Camino de Santiago es una ruta de peregrinaje milenaria que lleva a la tumba del Apóstol Santiago, siendo la ruta más popular la del Camino Francés que va desde Saint Jean Pied de Port (Pirineos franceses) a Santiago de Compostela (España), cruzando ciudades únicas como Pamplona, Burgos, León, Astorga y muchas más. Se puede hacer de 3 maneras, la más clásica a pie, en bicicleta o a caballo. Los casi 800kms que separan la frontera francesa con Santiago, la capital de Galicia, son unos 30 días a pie o 15 en bicicleta. Ten en cuenta que la mayor parte del mismo pasa por bosques frondosos y estrechos, traicioneros descensos empedrados y llenos de raíces, caminos de barro y a veces, sólo a veces, un poco de asfalto... A sabiendas de ésto, le di un dulce viajecito en avión a mi querida bici de montaña Orbea (o "Orbeiña" para los amigos) hasta Saint Jean Pied de Port, antes de enfrentarla a su peor desafío hasta la fecha.

El Camino de Santiago: 800km en bici, 15 días de satisfacción y muchísimas historias increíbles.
— Septiembre 2014
 

He tenido la suerte de vivir ésta aventura en septiembre del 2014, la cual acabó haciéndome ver el mundo de otra manera. Me devolvió la pasión por el ciclismo, la gente, las aventuras y la fotografía como un medio para contar historias. También me empujó a crear mi blog y empezar a relatar las increíbles experiencias que viví durante este viaje... si te pica la curiosidad, puedes ver y leer los 15 días de mi periplo en www.theworldisahandkerchief.com/caminodesantiago.

Como aperitivo, aquí tienes algunas fotos del mismo:

Así fue, que este viaje reavivó mi pasión por las dos ruedas que había, por circunstancias varias, dejado hace unos años. Gracias a ésto y mis relatos en este blog, mi implicación en el mundo del ciclismo aumentó de manera exponencial y poco después de finalizar mi aventura, comencé a colaborar con LikeBike Monte Carlo: la feria de bicicletas más prestigiosa del mundo. Mis tareas eran gestionar todas las redes sociales y su contenido, además de utilizar mis habilidades fotográficas para sus eventos. Es una exposición de lo mejor que hay en el mundo del ciclismo en todas sus formas y colores; la próxima edición será en junio de 2016. Por otra parte, también empecé ir a trabajar en bici, unos 44kms ida y vuelta, que además de mantenerme en forma, me ayuda a evitar los muy muy habituales retrasos, cancelaciones, huelgas, y demás contratiempos a los que nos tiene muy, pero que muy acostumbrados, el sistema de ferrocarriles francés... además, es una gozada adelantar a todos los coches bloqueados en los atascos de cada mañana.

Las increíbles rutas del Camino de Santiago

Con 18 días de vacaciones por delante, mi cabeza comenzó a buscar opciones... hmmm Noruega siempre estuvo en mi lista, pero quizás es mejor ir en invierno y ver las magníficas auroras boreales... Islandia es otra de mis opciones deseadas e incluso tienen una Competición de mountain bike en junio ... ¡Oh! Pero espera, quizás podría hacer otro Camino, porque no la ruta del Norte, aunque puede que no me dé tiempo para hacer esos 200 kms más de la francesa... "Vamos a ver" me dije a mi mismo. Sin embargo, una vez metida la idea en mi cabeza, como buen gallego, y viendo que este camino parecía bastante "plano", las cosas comenzaron a ponerse en marcha.

Es así que poco a poco me preparaba para otro viaje único en el que estaba muy claro que mi querida Orbeiña iba a ser otra vez mi compañera inseparable. Pero no iba estar sola, ya que en esta ocasión tuve la oportunidad de llevar dos equipaciones ciclistas increíbles, una más urbana y la otra más de ciclista de carretera. Las prendas son de la marca francesa Café du Cycliste, con un estilo no muy lejos de la gran tradición ciclista francesa, pero obviamente con calidad y rendimiento equiparables a las mejores marcas de hoy en día. Se trata principalmente de un negocio online, aunque recientemente abrieron un café de verdad que refleja perfectamente su marca y en uno de los mejores lugares del puerto de Niza (Francia); donde vivo actualmente.

El Café! ©Café du Cycliste

Al estar en mejor forma física que en mi anterior Camino, me sentía bastante confiado para arrastrar mis casi 25 kg de bici y alforjas en éste "fácil" Camino del Norte ... ¡Oh, Iluso!... Eso es como podría definir ahora mi estado mental en ese momento...

Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
 

Menos popular y concurrida que el Camino Francés, la ruta del Norte siempre fue considerada una de las más bellas y más fieles al Camino que el propio Apóstol Santiago empleó en su día. Eclipsada durante años por su homólogo francés que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1993, la rivalidad norte-francesa acaba de quedarse en igualdad de condiciones; discutido en la última reunión del comité de la UNESCO del 8 de julio, el camino del Norte es ahora también Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, debido a su creciente popularidad y su relevancia histórica. Obviamente, esto aumentará el número de peregrinos, así como su protección y los servicios que se ofrecerán.

El Camino del Norte (la linea violeta)!

Como me dije a mí mismo en mi primer Camino ¡Bueno, me voy!

Fue en junio de este año 2015, cuando recién aterrizado en Biarritz, con la bici montada, cadena en su sitio y con la emoción de una nueva aventura aumentando cada vez más, que me preparaba para cruzar toda la parte norte de España en un viaje de 15 días, donde encontraría historias fascinantes, paisajes increíbles, comida deliciosa y nuevos amigos en mi primer Camino del Norte.

Estate atento a mis próximas entradas para ver lo que pasó en mi segundo Camino de Santiago.