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Diario

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Filtering by Category: Viajes

Día 6: Navarrete - Belorado

Ivan Blanco

Sorpresas es como se podría llamar la noche en Navarrete.

Tras una tromba de agua que casi convertía las calles en ríos, el equipo Ondiñas nos dirigíamos alegremente a nuestro albergue, donde me esperaba alguna que otra sorpresa: mi camiseta favorita, que además encantaba a todo el mundo en el Camino, había decidido de tomar un medio de transporte más rápido: aprovechó el diluvio para salir volando hacía Santiago. Pero no os preocupéis, no le gusta viajar sola, así que se llevó mis calzoncillos como compañero. Con cero esperanzas de encontrar a estos traviesos, me di una vuelta por las calles de Navarrete por si acaso. Es así como encontré un precioso poema en alguna pared detrás de nuestro albergue, sin embargo no le hice ninguna foto ni tampoco se lo dije a nadie. Lo hice a conciencia, porque a veces hay que guardarse algunas experiencias para uno mismo y simplemente disfrutar de la belleza pura sin más. Y si aun así tienes curiosidad, pues no queda más que hacer el Camino y descubrirlo por ti mismo. Dado que dos sorpresas no vienen solas, encontré a otra persona dispuesta a participar en mi proyecto de foto entrevistas. En este caso se trataba de un local, Aitor, que llevaba el albergue donde estábamos y él mismo también había hecho el camino recientemente, aunque con una particularidad... ¡totalmente descalzo! Otra vez más, una historia única se sumaba a mi proyecto.

Séptimo consejo del Camino: no necesitas un selfie con todo lo que te encuentres, aprecia la belleza del mundo que nos rodea primero con tus ojos.

Superada la tremenda tormenta de la noche anterior, iniciábamos una nueva mañana del Camino con la lluvia saludándonos durante el desayuno. Puede que me sentí motivado por la repentina despedida de mi camiseta favorita, ya que fue cuando decidí enviar directamente a Santiago todo el exceso de equipaje que llevaba arrastrando (comprueba aquí la oferta para peregrinos de Correos). De hecho, todo lo que me sobraba llegó a sumar 5 1/2 Kg. No me extraña que la subida del primer día, la ruta de Cize, me había hecho sufrir tanto.

Las mejores uvas

Despidiendo la encantadora Navarrete, conseguimos escapar de la lluvia tras sólo unos 20 minutos de pedaleada en lo que paradójicamente, iba a convertirse en uno de los días más calurosos. Mientras cruzábamos de nuevo los preciosos viñedos de La Rioja, no pude resistirme a probar alguna de las uvas y la verdad es que... ¡son increíbles! Su frescura y sabor son algo que nunca había llegado a probar antes. Si haces el Camino en Septiembre, no dejes la oportunidad de probarlas, no te defraudarán, eso sí, no te des un festín, recuerda que es la cosecha de alguien.

El dulce y feliz Maurice

Prosiguiendo nuestro camino tras esta experiencia de grumete, en un momento dado me encontré con un peregrino y estampa que tenía que inmortalizar. El paisaje en el que nos encontrábamos y la cariñosa expresión invitaban a hacerlo. Con un gesto de cámara a modo de pregunta, accedió positivamente y es así como empezó mi conversación con Maurice, que viene siendo un vecino de tierras francesas. De hecho se encontraba muy agotado del calor y el propio Camino, le pregunté si necesitaba algo y resulta que no le quedaban agua ni comida, por lo que le di un par de uvas que aun tenía y llené su botella de agua, la cual bebió en prácticamente un sólo trago. Solamente me quedaba medio litro para mí pero no me preocupaba si con ello ayudaba a un compi del Camino, además, así conseguí mi foto. "Merci et bonne route Maurice !"

Poco después de este encuentro, estábamos a punto de hacer otro amigo del Camino. En un punto de descanso cercano a Santo Domingo de la Calzada, conocimos a Jürgen de Alemania. Estaba haciendo su propio camino que había empezado en Hameln (en el norte de Alemania) y se iba dirigir por lo menos hasta Portugal. Gracias a este encuentro, la historia de sus 4 semanas de periplo forman ahora parte de mi proyecto fotográfico. Además, se convirtió en compañero de viajes al unirse a nuestro equipo Ondiñas para este día. Si os interesa saber más de "Jürgen's Weg" y ver las fotos de los demás sitios que recorrió, podéis visitar su blog en alemán aquí.

Senderos serpenteados del Camino

Con el equipo ciclista más grande que llegamos a tener hasta el momento, nos dirigíamos juntos hacia Belorado. Es allí donde nos encontramos con el primero y único albergue que nos ofrecía una piscina tremenda, billar, salón, cocina completa y más (Albergue A Santiago). Siendo también uno de los primeros pueblos de la provincia de Burgos, no nos quedaba otra que comprarnos un buen vinito y un queso fresco fresco de Burgos. Con el día anocheciendo y el súper a punto de cerrar, nos hemos tenido que dar prisa e ir literalmente corriendo hacia él, tarea nada fácil, con toda la belleza que escondía este pequeño pueblo.

El "Tuerce Botas"

Aún así, conseguimos llegar justo a tiempo antes de que cerrara el único supermercado que había y nos compramos un queso de cabra y uno de Burgos riquísimos. Acompañamos el todo con un excelente vino de La Rioja de nombre ideal para el Camino: el "Tuerce Botas".

¡Fue nuestra sobremesa perfecta!

Día 4: Zariquiegui - Estella

Ivan Blanco

Momentos matutinos de Zariquiegui

Tras un dulce despertar de gente cruzando el salón donde dormíamos los italianos y yo, he tenido la oportunidad de vivir uno de los mejores amaneceres en todo mi Camino.

Quinto consejo para el Camino: no seas puntilloso con el lugar donde duermes, traqueteo de bolsas de plástico, gente madrugando muy pronto y dormir en cualquier sitio forman parte de la rutina.

Una vez que finalicé otra de mis foto entrevistas para mi proyecto, arranqué la jornada con Giulia y Nicola y la intención de llegar hasta Arcos. Sin embargo, como veréis, en el Camino pocas veces las cosas funcionan como uno se lo planea, lo cual también es bueno así.

Figuras de un viaje

Recordando un poco las terribles subidas de Saint Jean Pied de Port (compruébalo en el día 1 parte 1 y parte 2), llegué al Paso del Perdón. Desde ahí se puede gozar de unas vistas panorámicas únicas de las tierras de Pamplona y la senda a seguir para el Camino. El principal punto interés son unas figuras metálicas que simulan unos peregrinos de época y que forman parte del álbum de fotos de cualquier peregrino que pasa por allí. Dejando que Giulia y Nicola se adelantaran, me decidí por quedarme un poco más y mezclarme con los peregrinos allí presentes, es así como conocí a una pareja de periodistas italianos de San Remo. Hablé con ellos sobre mi proyecto fotográfico y hemos tenido una buena conversación sobre comunicación y periodismo:

"Spero vedervi presto a Nizza ragazzi !"

Más tarde, al igual que en Zubiri, he tenido otra bajada llena de baches, piedras, raíces y un montón de surcos. Tras esta ardua bajada conseguí llegar a Puente de la Reina para una pequeña paradita, de hecho, era un pueblo que tenia como opción para quedarme a dormir, pero no me pareció que lo habría disfrutado como sí lo hice en Zariquiegui. Tras un par de piezas de fruta y bollerías del mercado, proseguí para una foto rápida en el puente que le da nombre a este pueblo.

San Remo y Niza

Con Arcos aun en mente como destino final de este día, me dirigí hacia allí con unas cuantas horas de pedaleo por delante. Sin embargo no había almorzado, por lo que paré en Lorca para una caña y uno de nuestros platos nacionales: la Tortilla! No la confundáis con las mexicanas, las nuestras son más gordas y muy ricas. Obviamente, la mejor tortilla la hace mi madre (cada español te dirá lo mismo, de la suya ;) ). Cuando estaba ya casi a punto de irme llegaban Giulia y Nicola al mismo bar, y cómo no, tenia que caer otra ronda de cervezas. Casualmente fue la primera vez que vi a otro italiano que no llegaría a conocer bien hasta más tarde en el Camino.

Llegando a Estella y pensando si quedarme, el primer intento de conseguir una plaza de albergue fue truncado justo por el peregrino que se encontraba delante de mi, pero recordando mi primer consejo para el Camino, proseguí con mi búsqueda. Mientras aun me rondaba la posibilidad de continuar hasta Arcos (unos 22km más), acabé en la oficina de turismo para ver que me ofrecía esta ruta. Sin embargo, parece que el destino al final me haya guiado de nuevo, porque es allí donde acabé haciendo uno de mis encuentros que más perduraría en mi Camino a Santiago...

Estate atento a mi quinto día del Camino y descubre con quién me encontré esta vez...

Día 2: Roncesvalles - Villava

Ivan Blanco

El segundo día de mi Camino empezó un poco antes que el anterior. Tras desearle el mejor de los Caminos al increíble Vicente (véase día 1 Parte 2), la idea era de por lo menos llegar a Pamplona o cerca de la misma.

Dejando Roncesvalles por un precioso pasadizo enarbolado, empecé a disfrutar del paisaje natural pero sin las arduas subidas del día anterior. Mi primer encuentro del día se produjo en Bizkarreta, donde conocí a Jose, que me recomendó un sitio muy bueno para almorzar en Zubiri.

Las bajadas "bacheadas" de Zubiri

Tras unas cuantas pedaladas, al final conseguí llegar hasta este pueblo y me encontré allí de nuevo con Jose y su hijo Carlos, que de hecho son de Sabadell y estaban en la región para vender pantalones de caza. Fue un placer conocer gente de fuera del Camino y la comida estaba buenísima.

Por desgracia, ese también fue el momento en el que me di cuenta que había perdido mi móvil francés, se pudo haber perdido en cualquier parte entre Roncesvalles y Zubiri, unos 26 km con bajadas llenas de baches. Por lo tanto, me encontré con un Camino que ya se llevaba algo más que esfuerzo.

Tercer consejo para el Camino: ata bien tus posesiones importantes.

Casi casi ya me quería quedar en Zubiri, pero aun quedaba mucho de día y ya no tenía esperanzas reales de recuperar mi móvil perdido "en la selva" (al llamarlo no daba tono).

Alfred y yo

Intentando olvidar mi perdida, continué mi recorrido hacia Villava por uno de los senderos más divertidos y bonitos que me encontré en el Camino. Escogí Villava a conciencia para evitar la muchedumbre en Pamplona y poder conocer mejor la gente con la que me podría topar. Es así como conocí a Alfred, compañero de habitación con el que rápidamente conecté al contarnos nuestras historias y viajes. Además, hemos tenido una cena vasca fantástica, unas buenas cervezas y he podido continuar con él mi proyecto fotográfico.

La verdad es que fue como reencontrarme con un viejo amigo y además de practicar alemán, hemos pasado un buen momento juntos: Ich wünsche dir ein tollen Camino Alfred!