Cuna de campeones... bienvenido al 44º Criterium de Mónaco
Ivan Blanco
Let's have it in English
Un castillo, yates, el sol de la Riviera y uno de los circuitos de F1 más famosos del mundo ...
¿Qué podría reunir ingredientes tan exclusivos cada último domingo de marzo…?
En dónde sea que estés pensando, Mónaco es el lugar, y tanto la carrera de F1, el Jumping de Monte Carlo como el Mónaco Yacht Show se alejan muchísimo de la lista de posibilidades.
Bueno, con menos bombo y platillo que los Criterium de Red Hook, estamos hablando del 44º Criterium de Mónaco organizado cada año por la Union Cycliste de Mónaco (UCM).
Manteniendo las humildes pretensiones que vieron nacer este clásico monegasco hace casi medio siglo, poco tiene que envidiar a los más famosos y célebres eventos de Mónaco o las competiciones más prestigiosas del calendario ciclista. El Criterium de Mónaco tiene un elemento diferenciador clave, que es lo que lo hace único a cualquier otro evento, es el hecho de que reúne a personas de todas las edades y todos los orígenes, haciéndolos protagonistas de la jornada en lo que es una de las mayores celebraciones de ciclismo en la Costa Azul.
Si aun así te falta un poco de brillo ciclista, el Criterium tiene un ex campeón del mundo y dos veces campeón de Bélgica, Philippe Gilbert, como su invitado de honor. Además de ser el padrino de la UCM, también viene animar habitualmente a sus hijos que ya dan sus primeras pedaladas competitivas.
¿Quieres añadirle un brillo extra? Sólo una semana después, acaba de ganar el Tour de Flandes con una escapada épica en solitario a casi 55 km dela meta... ¡Enorme!
“J’ai gagné mais c’est une victoire d’équipe”
He ganado pero es sobretodo una victoria de equipo - comentario post carrera aquí (francés)
Con el omnipresente castillo de Mónaco como fondo, éste desvanece rápidamente con el alto ritmo que caracterizan las carreras del Criterium. Al contrario que su contrapartida motorizada, los pilotos arrancan a gran velocidad hacia la curva más cerrada del circuito para hacer frente a la única subida que parece fácil al principio, pero que tras un par de vueltas, acaba igual de fácilmente con las fuerzas de los menos habituados. Se convierte asimismo, en juez para dividir a los buenos de los más grandes en la carrera. El ritmo de carrera vuelve a subir rápidamente para encarar la parte más emblemática del circuito de F1, la parrilla de salida, en donde los ciclistas más potentes llegan a alcanzar velocidades de hasta 60 km/h por un pasillo muy estrecho de la famosa parrilla. En dirección contraria a la habitual del tráfico, un rápido descenso es sólo un vaso medio lleno, ya que la curva de la Rascasse es la segunda más complicada y se puede convertir en más peligrosa de lo que parece para aquellos contendientes más optimistas. Con una suave curva a la derecha, el trecho final trae a los ciclistas de vuelta a la línea de salida a lo largo del Puerto Hercule de Mónaco y sus siempre presentes yates.
Descubre más sobre este emocionante evento aquí y sumérgete en la pasión ciclista con unas cuantas fotos más.
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