A por el sol: en el centro de la acción
Ivan Blanco
Let's have it in English
Amarillo, un hashtag, ciclismo y fotos... así es como se gana un fin de semana VIP con Mavic en una de las primeras y más emocionantes carreras de la nueva temporada ciclista: la Paris-Niza.
Vale vale, la verdad es que no es tan simple, añade una pizca de suerte, una alineación de estrellas casi imposible y espolvorea el todo con un poco de pasión ciclista, ah, y subir una foto en Instagram con el hashtag #RaceToTheSun; mira a la derecha. Así es como gané un fin de semana de 3 días con transporte, hotel, comida y un equipación ciclista Paris-Nice de edición limitada para vivir esta competición francesa como nunca antes.
Se cocine como se cocine, la verdad es que agradezco enormemente la oportunidad de vivir tal experiencia junto con los otros 5 ganadores, creo que todos coincidimos en que fue una de las experiencias más inolvidables de nuestras vidas. Aparte de los exclusivos regalos, hemos tenido la oportunidad única de vivir una carrera Pro desde el corazón de la misma: 193,5 km desde Aubagne a Fayence de la etapa 6 de la París-Niza 2017.
Primera etapa de esta aventura, conocer a los chicos de Mavic y compañeros ganadores, normalmente, con carreras que promedian entre 150 a 200 km, llegar al punto de partida de las mismas implica algún viaje sea en tren o avión. Así que no es algo que sueles tener a tus pies... te acuerdas de la pizca de suerte, pues, viviendo en Niza, y con la París-Niza de 8 días en esta misma ciudad, al contrario de la mayoría de los ganadores, mi viaje a nuestro punto de encuentro no implicó ningún avión, sólo 10 minutos... ¡a pie!
Primera cita, Jacques de Mavic y organizador del evento, Anthony (Green) de Gales, el más verde del grupo, Maude de Cannes, autoproclamada tocapelotas, y aún así encantadora, Jean-Pascal nuestro ingeniero de Grenoble y Valentin de cerca de Nancy, gamer nocturno y el peque del equipo. Por lo tanto, sólo nos faltaba uno para el pack de seis. Scott, de Escocia, pero con Lee como nombre de pila y policía de asalto, sí sí, de esos que hacen redadas y que sólo solemos ver en las pelis, más vale portarse bien en su presencia, no hay puertas ni ventanas que lo paren.
Por muy cinematográfico que esto pueda sonar, su llegada no fue de las más fáciles. Debido otra huelga ya habitual de una empresa de transporte francés... si crees que exagero, vente a vivir un año y verás que hay más huelgas de transporte que las veces que cambias de marchas en tu bici… Así fue que sin información previa, pensábamos que era holandés, porque su vuelo venía desviado desde Amsterdam a París y de París a Marsella. Más tarde me comentó que dejó su casa sobre las 8 de ese mismo día , con vuelo a Manchester, luego a Amsterdam y de ahí, París y Marsella a las 8 de la tarde… casi casi habría llegado antes en bici, pero supongo que al final valió la pena.
Con todos finalmente reunidos, tocaba cena alrededor de una gran mesa con nosotros 6 y el resto del equipo Mavic, para conocernos y zamparnos una buena cena. Conocimos a Peyo (lo siento chaval si me equivoco, pero la verdad es que no tengo ni idea de cómo se escribe tu nombre) que se encarga del calzado de los Pros; para los que no lo sabéis, Mavic provee zapatos de bici personalizados a muchos de los corredores profesionales de la Serie Mundial. También nos encontramos con nadie más y nadie menos que el jefe de marketing, Francois, que se sentó justo enfrente de mí y se encarga de la comercialización de Mavic además de ser un ciclista muy aguerrido... descúbrelo en mi próximo post. Otros que nos acompañaron son Antonio, Yves, Patrick y demás integrantes Mavic que hacen posible la asistencia neutral en las carreras Pro.
Como pequeña anécdota histórica, en 1972, en el Critérium du Dauphiné Libéré, a uno de los directores deportivos se le averió el coche, por lo que el presidente de Mavic, Bruno Gormand, decidió prestarle su coche. De esta manera tan simple, y mágica, nació la idea de ofrecer una asistencia neutral en las carreras profesionales y debutó oficialmente un año después, al igual que nuestra aventura, en la Carrera París-Niza.
Con la emoción aumentando cada vez más y más, que mejor que celebrar nuestra suerte con... ¡cervezas! Anthony, Lee y yo nos privamos de una hora de sueño para conocernos un poco mejor y compartir nuestras anécdotas ciclistas.
Despertando en el mismo hotel que los equipos Fortunueo Vital Concept y Direct Energie, éste último con Lilian Calmejane en sus filas y futuro ganador del maillot de mejor escalador, la verdad, no podríamos estar más inmersos en el mundo ciclista. Tras un desayuno rápido nos fuimos directamente ver a cuánta preparación se someten los equipos profesionales… ¡cada día! Habiendo visto ya el duro trabajo al que se sometieron la noche anterior y cómo dejan los coches más limpios que tu nevera tras 200 km de bici… es una estampa de lo más llamativa y hace uno apreciar el gran esfuerzo que hay detrás de cada carrera.
Maude hizo un sprint matinal hacia los autobuses de los equipos y nos saludó con miles de regalos que recibió en su pequeño tour, incluso llegó con el ramo de flores del ganador del maillot de escalador... en ocasiones, ser la única chica del grupo tiene sus ventajas. tras este dulce despertar, nos fuimos a la parrilla de salida de la etapa del día en Aubagne y dimos una vuelta por los autobuses de los equipos, mientras los Pros hacían sus calentamientos por aquí y por allá. El poder llegar con el coche Mavic y aparcarlo justo en frente de la salida ya era de por sí una experiencia única.
También viví un momento de lo más casual y emocional. Volviendo hacia el punto de partida, conocí a Antonio, compatriota murciano de 83 años que vive en Francia desde hace 50 años y debido a problemas de salud no puede viajar de vuelta… buscaba a Contador y obviamente hablamos en español, lo cual le hizo tan feliz que hasta soltó alguna lágrima de emoción por cruzarse con otro español y poder hablar en su lengua materna. Aún sin relación alguna con el ciclismo, se convirtió por valor propio en un o de los momentos más memorables del día.
Con los últimos participantes firmando su asistencia habitual en el podio de partida, nos quedaba poco tiempo para correr hacia los coches de asistencia Mavic y estar listos para el inicio y vivir la carrera desde el corazón mismo del pelotón. Lanzados en uno de los dos coches al frente estábamos allí para ayudar a los escapados cuando sus directores deportivos no se encontraban cerca. Nuestros anfitriones eran Yves y Antonio, éste se ha convertido por derecho propio en una entidad dentro de Mavic y mismo en el mundo del ciclismo, no sólo, ya recorría los circuitos mundiales en los años 80 con el equipo español Kas, sino que ahora ya lleva trabajando con Mavic desde hace 25 años... ahí es nada, ¡un cuarto de siglo apoyando la marca amarilla!
Con todas las anécdotas que nos contaron, escuchar la radio de carrera que nos actualizaba de la situación y posiciones durante la misma, el estar en pleno meollo, uno comienza a darse cuenta de lo mucho que implica organizar y ejecutar un deporte profesional que carece de estadios. Tanto a nivel de organización como esfuerzo humano, es una hazaña muy destacable que en ocasiones se extiende casi 200 km, necesitando la máxima atención y precisión en cada uno de ellos.
Paisajes, escapadas, agua y más
on unos 10 escapados desde casi los comienzos de la carrera, ello nos dió la oportunidad de seguirlos muy de cerca y ayudarles en varias ocasiones con agua fresca ya que sus directores deportivos no estaban cerca. Cómo no, estos fueron unos de los momentos más destacables del día y dándome la oportunidad de hacer algunas de las fotos más inmersivas; foto izquierda.
Zampándonos un bocata rápido y postre en el coche, cortesía de Yves y Antonio, recargamos nuestras baterías para una carrera muy emocionante. La escapada mantuvo el ritmo de la carrera a un nivel muy alto, dándonos la oportunidad de verlos varias veces, especialmente en los trazados estrechos donde la asistencia neutral de Mavic toman la delantera y precedencia sobre cualquier coche de equipo para poder ayudar a varios corredores a la vez.
Por desgracia, cuando llegamos a la línea de meta no pudimos presenciar el épico esfuerzo de Simon Yates que conquistó el “muro” de Fayence y llegada de la etapa, todo, con casi 20 segundos delante del segundo. Tan rápido como Yates se erigía en el podio, sólo tuvimos tiempo para una parada pipí rápida y al poco nos fuimos en dirección a mi actual hogar: ¡Niza!
Llegados al hotel cerca del aeropuerto, sin siquiera tiempo para una ducha, dejamos rápidamente nuestras cosas y casi casi parecía Navidad con todos los regalos que nos tenía preparado Mavic; foto a la derecha.
Acabamos cenando en un lugar bastante familiar para mí, de hecho, había estado allí sólo 2 semanas antes para celebrar el recién nacido de un amigo entre compis ciclistas. Fuimos al Villa d'Este, ¡y vaya cena!
Sin embargo, el mejor plato de la noche fue la oportunidad de conocer nuestros increíbles embajadores Mavic, Mike Cotty, Nicolas Roux y ex-Pro Fränck Schleck, que se unirían a nuestro desafío en la ciclodeportiva París-Niza. El privilegio no sólo fue poder estrenar la equipación ciclista de edición limitada, sino también el honor de rodar con semejante compañía de élite, además, para mí fue volver a mi primera carrera ciclista que había precedido mi otra aventura de ensueño con la Team Skoda; para más información sobre mi primera carrera vete aquí y sobre la Team Skoda aquí.
Como no podréis aprovechar la cena igual que nosotros ¿qué os parece ver más fotos de esta jornada? Adelante, y ¡qué aproveche!
Bien cargados de carbohidratos de la pasta y con un pleno de emociones de otro día único, era el momento de literalmente recargar las baterías... las de mis GoPros y móvil.
Sólo quedaba una cosa por hacer, ¡cama y buenas noches!
Este post forma parte de mi serie A por el Sol, donde podrás descubrir
cómo fue vivir un fin de semana de lo más ciclista como VIP Mavic.
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