Equipo ŠKODA: encuentro con los Pros del Ciclismo
Ivan Blanco
Allez les bleus, par ici pour vous (bientôt)
Cavendish or Wiggins? Whatever, English is over here
¿Cómo diablos he acabado en París con dos ex ciclistas profesionales y otros 19 apasionados de la bici luchando por un puesto en el equipo ŠKODA...?
¿¡Pereza?! Más abajo tienes el vídeo
Si fuéramos realmente muy atrás, podríamos decir que mis años de guardería serían el verdadero inicio de esta historia, época en la que iba en bici a todas partes y era casi una extensión de mi cuerpo. Sin embargo, como no se trata aquí de una autobiografía, por lo que avancemos rápidamente hasta el año pasado, julio del 2015, cuando en medio del Tour de Francia finalmente conseguí mi ansiada bicicleta de carretera. Algunos de vosotros que más me han seguido, sabréis que mi vuelta a la bici coincidió con mi 1ª Camino de Santiago, cruzando España con mis casi 30 kg de bici y equipaje, para volver a casa y vivir el viaje de mi vida y que lo ha cambiado todo; puedes revivir y ver mis 15 días inolvidables aquí.
Con el constante objetivo de llegar más lejos y más alto en mi vida tanto personal como deportiva, tras largas horas buscando en Internet, y con el Tour de Francia elevando mis ansias de encontrar una bici de carretera ideal, me encontré con una preciosa Cannondale de carbono de tercera mano y que no había sido usada más de 2000 kms por sus anteriores dueños; en perfecto estado ¿Qué más podía pedir? Pues, que Serge, el anterior dueño (y con casualmente el mismo apellido que mi madre ...) se vio forzado a dejar el ciclismo por una condición médica, por lo que también vendía su calzado ciclista totalmente nuevo y me dió de regalo 2 kits ciclistas, esto es a lo que le llamo yo, nunca mejor dicho, empezar con buen pie mi aventura ciclista de carretera.
No tardé demasiado en superar los hitos hitos kilométricos de los anteriores dueños, y con apenas dos de mis mayores salidas al mes siguiente, me hice casi un cuarto de lo que recorrieron ellos. Persiguiendo así reto tras reto, el ir en bici al trabajo empezaba a convertirse en un hábito que se completaba con salidas más largas durante mis fines de semana abriendo nuevas oportunidades de viaje y descubrimientos, jamás imaginados. Como coger y dirigirse hacia el famoso Col de Turini, llegando a los 180 km en mi contador Strava (app de localización GPS), superado rápidamente una semana después con lo que es a día de hoy mi viaje en bici más largo: 330 km desde Niza a Hyères (parte más al sur de Francia) y vuelta en un sólo día. Sí, en efecto, hubo un poco de sufrimiento y comer sin parar, además de, dormir 11 horas de golpe tras semejante proeza.
Hubo algún objetivo aún más ambicioso, pero que se vio truncado por circunstancias técnicas y que se ve relegado a un futuro no muy lejano... no seas impaciente, llegará llegará, cada cosa a su tiempo.
Totalmente comprometido a la bici como mi medio de transporte principal, hoy en día me hago 20 km en cada dirección para ir al trabajo e incluso ya superé de creces los 3000 kms en lo que va de año, y acercándome poco a poco a los 10000 kms para mi aún muy joven Cannondale. Uno sabe realmente que la bici se ha convertido en su pasión, cuando te pasas unos días sin rodar en ella y sientes que algo falta en tu vida... o como me lo dijo Remi de Café du Cycliste: estás jodido chaval, te ha picado el gusanillo de la bici de carretera.
Cuánta razón lleva... y ¡me encanta!
Así que sin retrasar más la pregunta inicial, durante el último finde de la carrera ciclista París-Niza, del que ya hablé aquí en otra entrada, me fui a tomar una cerveza y relajarme un poco después de uno de mis mejores findes ciclistas hasta la fecha. Al descubrir un concurso en CyclingHeroes.com a través de ŠKODA, rellené el formulario y tampoco me esperaba gran qué. Había que completar un par de kms en bici a través de la aplicación Strava, donde mis viajes diarios ya cumplían de sobras la distancia necesaria.
Realmente no pensé mucho más en ello hasta unas semanas después... me encontraba mirando la pestaña de promociones en mi correo electrónico, pasando por emails de productos electrónicos, descuentos Groupon, historias de Rouleur, venta de cámaras, etc. Cuando de repente, me llama la atención uno que pone "Felicidades" y firmado por ŠKODA Francia... al principio me dije, vaya otro en el que me dicen que me tocó un coche, pero que tengo que contactar con algún Príncipe en África... sin embargo, sorpresa sorpresa, me equivoqué y era más que legítimo, no gane un coche, pero estaba entre los 40 finalistas para formar parte del primer equipo ciclista ŠKODA!!! No podía creérmelo, tuve que volver a comprobar de lo que realmente se trataba todo esto. Así que los suertudos 10 se llevarán:
- 3 fines de semana con un entrenamiento de lujo por parte de Jérôme Pineau, con 13 participaciones en el Tour de Francia, ganador de 2 maillots de escalador, y Florian Rousseau, 10 veces campeón del mundo en ciclismo de pista y 3 medallas de oro olímpico en la misma disciplina.
- Todos los gastos cubiertos
- Poder rodar con una bici de carbono
- Equipamiento completo
- Participar en la Etape del Tour, el mayor desafío ciclo deportivo con 146 kms, 4 cimas a más de 1600 metros, unos 15000 participantes
- Y vaya... esto es ¡sólo el aperitivo!
Pero nada está decidido aún, así que mejor bajar las expectativas. Primera fase, una llamada Skype con uno de los entrenadores y alguien de la organización, y por qué no, un sábado, que coincidió el mismo día en el que dos de mis mejores amigos se casaron, siendo yo su fotógrafo en la encantadora ciudad de Antibes. Debido a este compromiso, era incapaz de hacerlo en el horario propuesto, por lo que lo reprogramamos para después del almuerzo... Justamente cuando salíamos del restaurante y con unos copillas de vino rosado más, suena la típica melodía de Skype y acabamos con una conversación muy grata sobre mi historia con la bici, mi motivación, equipo que uso y también alguna charla de Madrid o Barça... efectivamente, el entrenador que me había tocado era Jérôme :)
Al final quedó la cosa en que me contactarían el lunes para decirme si entraba en los últimos 20 o no y así, poder reunirnos todos en la salida del famoso París-Roubaix. Sin embargo, el lunes no llego noticia alguna, por lo que empecé a pensar en alguna ruta alternativa para hacer el próximo finde y me contenté con haber podido hablar con un gran profesional del mundo ciclista... Pero, al día siguiente, entra de nuevo un correo con: Felicidades! Había conseguido entrar en los últimos 20 y a toda marcha empecé a reservar mis billetes con destino París, mientras aún estaba asimilando la noticia. ¡Increíble! La verdad es que no conseguí dormir mucho esa semana y durante la mitad del tiempo, mi cabeza ya soñaba en el fin de semana que me esperaba. La excitación empezaba a acumularse aún sin bien saber lo que iba a ocurrir, ya que esto, llevar nuestras bicis y el hotel al que nos teníamos que dirigir, fue toda la información que nos han dado.
Teniendo que trabajar el día de mi viaje, hizo que llegara bastante tarde y unido a montar mi bici y una cena de microondas retrasaron la hora del sueño, acentuada por la intriga, el nerviosismo y la excitación mezclados con un vago intento de autocontrol... en algún momento dado, la fatiga tomó el control de la situación.
Con ojos de chino, me despierto para el día 1 con algo que nunca me falló en mi Camino de Santiago, un gran desayuno para tomar fuerzas e impulsar mi carrera para conseguir un puesto en el primer equipo Skoda. Hablando de equipo, el compañero con el que me encontré fue Mikael y obviamente empezamos a hablar nuestras bicis, lo que podría esperarnos y nuestros orígenes. Gracias a él, pude desatornillar mis pedales con la llave que amablemente me prestó, lo único que necesitaríamos para ese día. Al ver que el joven Antoine nos sobreescuchaba, lo invité para que nos conociéramos los tres más a fondo. La cosa se estaba haciendo prometedora.
Tras refrescarme la cara y comprobar mi bolsa el primer paseo del fin de semana iba a ser en... bus. Gracias a las lejanas, muy lejanas, fotos que hice de la Torre Eiffel y el Montmartre, ya podía decir que he 'estado' en París. Con destino Compiègne, el pueblo donde iba dar comienzo la carrera de profesionales París-Roubaix, también conocida como el Infierno del Norte debido a su recorrido traicionero, nos encontramos en la plaza principal en el mismo día en que los equipos profesionales estaban siendo presentados al público. Sin tener ni idea de lo que nos esperaba, con simplemente nuestros pedales en las manos, mi sueño de rodar por las adoquinadas rutas del Paris-Roubaix se esfumaban rápidamente.
Llegados al centro, gran sorpresa para todos, un auténtico equipo de producción cinematográfico nos esperaba a la salida del autobús. El que más y el que menos, nos sentimos abrumados por tal atención y gratamente sorprendidos cuando finalmente llegamos a enfrentarnos a nuestros entrenadores Jérôme Pineau y Florian Rousseau... Después, eso sí,... tras unas cuantas y repetitivas tomas :)
Nos presentaron el programa de la mañana que acabó siendo bastante enfocada hacia el lado mediático y con Paul Barrocas, Jefe de Departament de Marketing de Skoda Francia, dándonos la bienvenida a todos. Seguido de una conferencia de prensa, entrevistas, unas cuantas fotos, vídeos y pequeñas revelaciones que iban saliendo a cuenta gotas. Por ejemplo, el hecho de que los últimos 10 no sólo podrán quedarse con sus maillots, sino que también con las magníficas bicis Lapierre que brillaban sentadas sobre un, igual de brillante, coche Skoda... hmmm si consigo pasar, no sé si proponer algún tipo de intercambio... :)
Pero por muy emocionante y glamuroso que se estaba presentando la cosa, no nos enfundamos nuestros maillots sólo para las vistas. El momento deportivo principal consistía en evaluar nuestro potencial sobre unas bicis estáticas y así establecer la base de mejora por si consiguiéramos entrar en los últimos 10. La tarea era bastante clara, en intervalos de 2 min, teníamos que alcanzar las -30 pulsaciones por minuto, -20 y -10 respectivamente, para acabar todo en un sprint 10 segundos al máximo de nuestras fuerzas. Como nunca había hecho esto, no sé realmente si mis resultados son buenos o no, en cualquier caso, para los amigos de las cifras, aquí van; mi máximo es de alrededor de 193 latidos por minuto, a -10 tiene casi 400 W y en el sprint de 10 segundos lo tiene hasta 720 latidos por minuto, con un máximo solo a 185.
Volviendo al sueño hecho realidad, aproveché la oportunidad y me escapé hacia la zona de presentaciones en lo que acabó siendo el broche de oro a lo que ya estaba siendo una experiencia única. Vi de nuevo uno de mis corredores favoritos, Peter Sagan, que fue presentado junto con sus compañeros del Equipo Tinkoff Saxxo, y tuve también la suerte de probablemente conocer a su mayor, "pequeño", fan:
Concluyendo el largo día con una deliciosa cena buffet en el hotel, fue un momento distendido ideal para con el resto de los compañeros y conocer un poco más de sus vidas. ¿Lo mejor? El ambiente de camaradería y pasión por un mismo deporte sin la agresiva competitividad que podría esperarse, fue como cuando sales con tus colegas a hacer una centena de kilómetros y acabáis la jornada alrededor de la misma mesa y una sonrisa de oreja a oreja... éramos la familia Skoda!
Una última cosa nos esperaba, una pequeña sesión de fotos y retirarnos hacia una noche muy corta. Al día siguiente tocaría madrugar para un día de bici más intenso y mi estreno ante una Contrarreloj estaba a punto de suceder...
Esto es todo por ahora. El episodio 1 ya está disponible y en breves se publicará el episodio 2 donde podrás descubrir quiénes serán los 10 afortunados integrantes del #TeamSkoda y que irán dirección Morzine para destronar las cimas de la Etape du Tour.
Si quieres descubrir la emocionante final, estate atento a mis redes sociales, y si quieres ver cómo fue nuestro encuentro con los pros del ciclismo, haz click en el vídeo y de paso aprovechas a desempolvar tu francés.