Día 5: Estella - Navarrete
Ivan Blanco
Llegado el quinto día, un nuevo capítulo en mi Camino de Santiago estaba por llegar.
El día antes me había quedado en dudas de si quedarme en Estella o continuar, por suerte, decidí quedarme y tuve la oportunidad de apreciar la belleza de esta ciudad, comerme una hamburguesa buenísima, las mejores patatas con salsa alioli de mi vida (compruébalo en Restaurante Aljama), una cerveza bien grande e incluso recibí las primeras gotas de lluvia de mi Camino.
Pero lo mejor de todo, la amistad más larga y duradera de mi peregrinaje estaba a punto de forjarse.
Mientras me encontraba en la oficina de turismo comprobando qué albergues había cerca y ya casi a punto de irme, entraban otras 3 bicigrinas que venían desde Ordizia (un pueblo del País Vasco) y buscaban también un albergue donde alojarse. Tras una pequeña charla e intercambio de nombres, Maitane, Carla, Marta y yo, acabamos buscando un sitio juntos. Así de fácil es como una vasca, dos catalanas y un gallego acabaron dirigiéndose juntos con dirección: Santiago de Compostela.
Tras un dulce descanso en Estella, el equipo "Ondiñas" (sigue mis próximos días para descubrir el origen de este nombre) dejábamos atrás la magnífica Estella para buscar donde desayunar. Teniendo en cuenta que nos encontrábamos en Navarra, que mejor desayuno que un poco de... ¡Vino! Sí sí, lo has leído bien, ¡vino!
¡Sigue leyendo, sigue leyendo!
La Denominación de Origen de Navarra puede que se encuentre a la sombra de las renombradas Bordeaux y La Rioja, pero los vinos tintos de ésta región no tienen nada que envidiarles, mismo se puede considerar como una de las joyas escondidas de la viticultura española (más info aquí). Por lo tanto, qué mejor manera de promocionarlo que con una... ¡Fuente de vino! Sí sí, lo has leído bien de nuevo, hay una fuente de vino para los peregrinos en el Camino. Su anfitrión es la bodega Irache y no hay mejor comienzo de Camino cuando te invitan de ésta guisa: "¡PEREGRINO! Si quieres llegar a Santiago con fuerza y vitalidad, de este gran vino echa un trago y brinda por la Felicidad" (Infórmate aqui para saber más).
Sexto consejo para el Camino: abre tus ojos y espíritu, y el Camino te recompensará con gratas sorpresas.
Tras nuestro "brindis por la felicidad", empezamos a tirar hacia Arcos donde paramos para un par de sellos y algún refresco. También he podido realizar otra entrevista retrato para mi proyecto con Carla, en la cual hemos recordado la emocionante historia de Cliff y su esposa, además de la suya misma. ¡Ánimo chicos!
Además de esto, Arcos también fue un primer intento de reunirme con una amiga que vive cerquita, pero tras un rato no nos quedó otra que seguir hacia Viana. Allí, y de pura casualidad, estaban de fiestas. De hecho, el recorrido del Camino de Santiago que atraviesa el pueblo estaba un poco ocupado por... ¡Toros! Sí sí, lo has leído bien de nuevo, en vez de peregrinos y bicigrinos, había toros corriendo. Nos topamos sin quererlo con las fiestas anuales del pueblo donde predominaban la típica vestimenta regional de pañoletas rojas y ropas blancas y un ambiente de fiesta en el que todo era alegría, baile, canto y beber agua (mira la foto).
Quiso el destino también, que en ese mismo momento me llamara mi amiga Mireia y que ya estaba de camino para venir a verme. No podía haber pedido un mejor momento y lugar para reencontrarnos, incluso me trajo de regalo unos riquísimos espárragos caseros, ¡mmmmmmm qué buenos!
"¡Graciñas Mire y espero volver a verte muy prontico!"
Teniendo que irme, pero con ganas de haberme quedado más, me dirigí sólo dirección Logroño (las chicas se habían adelantado). Simplemente paré para un rico helado artesanal y proseguí mi ruta hacia Navarrete donde ya habían llegado Maitane, Carla y Marta. Me encantó el recorrido entre Logroño y Navarrete que pasa por el Embalse de la Grajera, el río y acaba en unos preciosos viñedos que, ésta vez, forman parte de La Rioja (haz click aquí para más información sobre la DOCa de La Rioja).
Después de dar unas vueltas por este paisaje único, de repente me di cuenta que igual era mejor que me apurara, ya que empezaban a asomar unas nubes un poco malhumoradas... hay gente que no le gustan, sobre todo las grises, pero yo las adoro, no podría haber hecho algunas de mis mejores fotos de paisajes sin ellas, míralo por ti mismo en la siguiente foto.
Dado que no tenía muchas ganas de mojarme, el destino quiso de nuevo que llegara al albergue de Navarrete justo a tiempo cuando empezaban a caer las primeras gotas de lluvia. Me reuní con las chicas, fuimos a una degustación de vino y jamón que casualmente había en la plaza del pueblo, luego fuimos de cena y llegamos en punto para ver la llegada final de la Vuelta España en la misma ciudad a la que nos estábamos dirigiendo: Santiago de Compostela (Mira aquí la llagada y aquí tienes más información sobre esta competición ciclista).
Ah, ¿y os acordáis de las nubes malhumoradas? Pues decidieron unirse a la fiesta y de qué manera: truenos, relámpagos, chuzos de punta y viento se convirtieron en los protagonistas absolutos, gracias a Dios estábamos a cubierto y disfrutando de nuestra cena.
Sin embargo, de vuelta al albergue, fue cuando un par de sorpresas me esperaban...
¿Quieres descubrirlas? Entonces estate atento a mi próxima publicación para saber más.